Los tejados de tejas planas vidriadas dibujan coloridos motivos característicos de la arquitectura tradicional borgoñona.
Los tejados policromados son símbolos de prestigio, cuya opulencia refleja la del propietario del edificio.
Luminosamente bellos, cubrieron primero las grandes catedrales del siglo XIII, luego las residencias principescas en el siglo XIV, antes de abrirse a la acaudalada burguesía urbana del siglo XV.
Los tejados de tejas planas vidriadas dibujan coloridos motivos característicos de la arquitectura tradicional borgoñona.
Los tejados policromados son símbolos de prestigio, cuya opulencia refleja la del propietario del edificio.