Château d'Aloxe Corton en un 2CV en otoñoChateau Aloxe Corton Automne
©Chateau Aloxe Corton Automne|Kaptura
CORTON Y CORTON CHARLEMAGNE

Denominación de origen Corton

Los vinos blancos de Corton-Charlemagne comparten un terruño excepcional.

Tres pueblos, Aloxe-Corton, Ladoix- Serrigny y Pernand-Vergelesses, conforman los viñedos en suave pendiente de la Montagne de Corton, en el extremo norte de la Côte de Beaune. En el corazón de este vasto anfiteatro natural, dos grands crus, el Corton tinto y el Corton-Charlemagne blanco comparten un terruño excepcional.

Corton : La montaña de los emperadores

Bordeando la ruta de los Grands Crus, la Montagne de Corton es un lugar emblemático de la Côte de Beaune. En estas redondeadas laderas, más de 150 hectáreas de viñedos se reparten en una miríada de denominaciones, entre ellas dos Grands Crus. El Corton tinto y el Corton Charlemagne blanco ocupan la ladera media, dejando como frontera el pequeño bosque de abetos que corona la montaña. Este antiguo viñedo debe su nombre a dos emperadores, Curtis d’Othon y Carlomagno. La leyenda cuenta que el emperador carolingio hizo plantar las viñas con Chardonnay para no mancharse la barba.

Le Corton

Borgoña nunca es tan mágica como cuando reúne, uno al lado del otro en la misma colina, dos grand crus que expresan lo mejor del terruño en dos variedades de uva diferentes. El Corton ocupa la mayor parte de la montaña con 90 hectáreas, es el único grand cru tinto de la Côte de Beaune, pero sin embargo se puede topar con un Corton blanco, una rareza. En una superficie tan vasta, Corton tiene toda una gama de expresiones. Sin embargo, «Le Roi des Bons-Vivants», como lo llamó Camille Rodier, propietario de Clos de Vougeot, es ante todo un vino potente y opulento. Un manto aterciopelado llena la copa con un bouquet de frutos rojos, violetas que evoluciona hacia notas de sotobosque, animal, pimienta.
Este atleta es una maravilla con carne estofada, caza en salsa y quesos intensos.

Le Corton Charlemagne

Corton Charlemagne también combina bien con platos de alto nivel: el foie gras, la delicada carne del bogavante o un cangrejo hacen maravillas con este campeón. En cata, su color es dorado pálido que tiende al ámbar con la edad; en nariz, nos seduce la delicadeza de sus notas de mantequilla, manzana asada y gunflint.
Este gran vino, de aromas innegablemente potentes, es un corredor de fondo y, como el Corton, puede envejecer 25 ó 30 años en bodega.

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